¿CÓMO SURGE UNA PARAFILIA?
Las parafilias se definen, de acuerdo al
Manual MSD versión para el público general, como “la presencia de frecuentes e intensas conductas o
fantasías sexuales de tipo excitatorio que implican objetos inanimados, niños o
adultos que no consienten, o el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de
la pareja. Los trastornos parafílicos son parafilias que causan angustia o
problemas de funcionamiento en la persona afectada o que perjudican o puedan
perjudicar a otra persona”.
La
parafilia se centra en diversos objetos, situaciones, animales o personas (como
los niños o en los adultos que no toleran).
Existen
algunas prácticas sexuales poco frecuentes pero que no entran en el grupo de
parafilias, ya que no implican ningún riesgo lesivo para aquellos que las
practican y pueden considerarse como parte de una relación de afecto recíproco,
siempre y cuando ambas partes consientan su práctica. Sin embargo, durante la
relación de pareja puede darse cierta dinámica en la que alguno de los miembros
permita prácticas que realmente agreda su estabilidad emocional y física, pero
que por un momento de enamoramiento o codependencia, se soporte toda práctica
sexual en nombre del amor que se profesan. La mayoría de ellas, mujeres,
soportan largos periodos de su vida bajo una nube de encantamiento en el que la
violencia es una demostración más que de afecto, de amor. Viven bajo la sombra
de sentirse amadas, y de obtener a toda costa el afecto, la atención y la
aceptación de la pareja. Mujeres (y en otros casos, hombres) que permiten todo
tipo de abuso, no sólo sexual; con tal de que aquello que cubre sus necesidades
físicas, sexuales, intelectuales, económicas, no se vaya y deje ese vacío de
carencias que la hacen sentir incompleta, pérdida, devaluada e insegura. Una
vez que la mujer aprenda a desarrollarse de manera integral, es decir, a nivel
físico, cognitivo y emocional, dejará de buscar en alguien más aquello que no es
capaz de darse por sí misma. Mientras la mujer vaya tras una meta, un objetivo,
un proyecto que le permita traspasar esa imagen abnegada y pasiva que la
sociedad y su educación le han heredado; no podrá permitir verse en una
posición denigrante, humillante. Podremos educar a mujeres de fortaleza que más
que competir con el hombre, pueda desarrollar su propio carácter y buscar
siempre (Sí, toda su vida!!), su desarrollo personal, su evolución; una mujer
que busque y encuentre su propia identidad y pueda criar hijos llenos de vida,
que los orille a equivocarse para que puedan generar habilidades que les
permitan enfrentar el mundo que le espera fuera del seno materno. Mujeres que
eduquen a sus hijos en la adversidad y en un camino lleno de obstáculos, de
errores, pero de aprendizaje que durará toda esta vida y las que tengan que
venir. Así que, quizá haya prácticas que se puedan percibir como normales y
como parte del rol que debemos de jugar, sin embargo, nada como sentirse plena
consigo misma y generar amor, admiración, cuidado para sí misma, y buscar en un
hombre (o mujer, si es el caso!!) un acompañante, con el que se pueda recorrer
la vereda, los dos tras un mismo objetivo; el desarrollo, el conocimiento y el
dominio de sí mismo.
No
obstante, cuando las conductas sexuales causan angustia o daño, o alteran la
capacidad de una persona para funcionar en sus actividades diarias, se considera
un trastorno parafílico.
Algunos
tipos de parafilias son los siguientes:
·
Trastorno
exhibicionista: El exhibicionismo se caracteriza por conseguir la excitación
sexual a través de la exposición de los genitales, habitualmente ante un
extraño que está desprevenido. Puede referirse a un deseo potente de ser
observado por los demás durante la actividad sexual.
·
Trastorno
pedófilo: El trastorno pedófilo se caracteriza por fantasías, impulsos o
conductas sexualmente excitantes, intensas y recurrentes que involucra a
adolescentes prepúberes o jóvenes (generalmente menores de 13 años); se
diagnostica sólo cuando las personas son mayores de 16 años, y son 5 años mayor
que el niño, blanco de las fantasías o conductas.
·
Trastorno
travestista: El travestismo implica una excitación sexual recurrente e
intensa a partir del uso de prendas del sexo opuesto, que puede manifestarse
como fantasías, impulsos o comportamientos.
·
Trastorno
voyeurista: El voyeurismo consiste en alcanzar la excitación sexual
observando a las personas que están desnudas, sin ropa o que participan en una
actividad sexual. Cuando se observa a personas que están desprevenidas, esta
conducta sexual suele ser causa de problemas con la ley y las relaciones.
·
Trastorno
de masoquismo sexual: El masoquismo sexual es la participación intencional en una
actividad en la cual el sujeto es humillado, golpeado y atado o es objeto de
algún otro tipo de abuso para experimentar excitación sexual.
· Trastorno de sadismo sexual: El sadismo sexual comporta actos en los que la persona experimenta excitación sexual al infligir sufrimiento físico o psicológico a otra persona.
Finalmente,
si vives una situación en la que tu estabilidad emocional y física está en
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